sábado, 9 de abril de 2011

Intimidad

Oviedo, Asturias

¿Qué clase de intimidad es la que brota bajo la singular geometría del paraguas? ¿Es la del árbol, intimidad que reúne? ¿O la del abrigo rocoso, intimidad que se comparte? Si la lluvia, como parece, es una circunstancia prescindible ¿de dónde surge la necesidad de cobijo? Si como le sucede al río, nunca ni en ningún lugar la lluvia es la misma ¿no será más bien la intemperie la que no entiende de edades ni de continentes? ¿Qué historias se cuentan debajo de un paraguas? ¿qué nostalgias, qué esperanzas, qué saberes sin filosofías?

18 comentarios:

elisa dijo...

aguas no hay, así que paraguas no debe ser...será sol? parasol... tampoco parece hacer tanto calor... ellas están abrigadas... creo que eligieron el... artefacto amarillo por dos razones... para que las ayudara a guardar sus secretos y para que un fotógrafo indiscreto se fijara en ellas.

Mariluz dijo...

Y el caso es que parece que de lo que se resguardan sea el sol, curioso...

tecla dijo...

Es cierto Xuan. Es hermosa la intimidad de las mujeres que se cobijan ¿De la lluvia?
Sencillamente se cobijan.
Y ni el agua ni el fotógrafo indiscreto, son capaces de descubrir los secretos que se cuentan entre ellas.
Realmente hermoso.

virgi dijo...

El paraguas las protege, las une y la reúne con los que dejaron lejos.
Y con nosotros gracias a ti.
Besos

(¿qué son mejores: tus textos o tus fotos?...)

Roberto Pato dijo...

tal vez se protegen de ese cielo cambiante... muy guapa...

ismo dijo...

Si no fuese tan plácida la geometría de las señoras ni fuesen las nubes tan cómodas y mullidas, hasta hubiese interpretado tu escena como una especia de guerra fría, o una guerra de trincheras, en la que unas y otras se amenazan o se afianzan bajo la mirada desesperanzada de los edificios. Pero son tan plácidas y tan cómodas que prefiero pensar que sólo unas esperan para cerrar su paraguas a que las otras descarguen, igual que la tierra espera sus primaveras.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Dan ganas de pasar de puntillas.

Miguel Cobo dijo...

Leyéndote y recreándome en la contemplación de tus fotografías, pienso en esta revolucionaria democratización de la literatura, de la creatividad, del arte que se está produciendo en la blogosfera. Acaba de celebrarse en mi ciudad la 8ª cita anual de Cosmopoética. Sin entrar en juicios ni valoraciones sobre este acontecimiento anual, lo que es seguro es que Cosmopoética está aquí.

Juan Herrezuelo dijo...

Me hace pensar en la posibilidad de que empiece a llover, y una de las mujeres saque su mano para comprobarlo, y luego cierren el paraguas y levanten sus caras al cielo con los ojos cerrados.

Ventana indiscreta dijo...

Muchas preguntas, Xuan. Quizás preguntar es no saberse respuesta.
Lo que está claro es el efecto amarillo: el sol es quien más sombras da. Y quien más ilumina. Evidente, ¿no?

calata dijo...

el paraguas reviste de importancia la conversación, además, serán temas muy amarillos ¿no?

jg riobò dijo...

Puro no-lugar, salvo ese amarillo.

María dijo...

Y qué ilusión la de pensar que el paraguas las protege? y sinembargo ellas se sienten así, con eso es suficiente.
Me gusta este nuevo blog tuyo.
Un beso

Osselin dijo...

Ésta no la acabo de cuadrar.
Recibe un saludo afectuoso.

Conso Triay Coll dijo...

Que acierto de imagen,compañero!!
Genial!!
Saludos!

en las nubes dijo...

Genial!

the dear Zé dijo...

ainda as demografias...

mj dijo...

La intimidad de las señoras bajo su paraguas amarillo, es parecida a los edificios que parecen juntarse bajo el paraguas de las nubes que amenazan con cubrirlos.
Me gusta y ese amarillo....