lunes, 3 de octubre de 2011

Segunda temporada para Calendario de instantes

Desde hoy vuelven a descontarse los instantes de mi viejo Calendario, en la dirección de siempre. Disculpad estos vaivenes, pero es que aquí, en el Cantábrico, la marejada es de lo más habitual. En el futuro trataré de que este Fotodescartes lo sea de verdad y tal vez de cuando en cuando venga a parar aquí alguna que otra foto desairada.

jueves, 2 de junio de 2011

El xatu

Puerto de San Lorenzo, Somiedo - Asturias


No es este uno de esos toros de apellido brandylocuente y contorno puro que acude al embuste de la luna. En el silencio de los puertos aparece más bien como otro fruto, uno más, del abismo de la niebla, igual que la cabaña, el lago o el escalofrío; o tal vez no, y sea la niebla la que crece como el lento producto de su aliento. El caso es que si uno se encuentra al xatu ahí arriba, en una revuelta cualquiera del camino, no entran ganas de salir corriendo valle abajo sino de sentarse también a rumiar la niebla y a adivinar por los sabores que trae de dónde viene. Un xatu ahí arriba, en los puertos, te devuelve la confianza en un cierto orden de las cosas.

sábado, 14 de mayo de 2011

Las sendas cambiantes


Allí donde el camino de tierra desaparecía, decidió seguir el rastro del sol entre los pinos. Pero tan pronto lograba alcanzar la ruta que el resplandor señalaba, éste ya había cambiado de lugar y pensó que no eran las nubes sino la brisa que acariciaba los helechos la que transportaba la luz de claro en claro. Cuando ya empezaba a confundir la ansiedad con el cansancio, tropezó con una raíz oculta en el matorral y acabó tendido en el suelo, entre piñas y mechones de agujas. Varios haces de sol barrieron la zona mientras él seguía tumbado, observando el ir y venir de las hormigas. Muchas no llevaban carga alguna. Estas eran las más activas. Una se detuvo frente a su mano: pareció dudar un segundo y sin más se levantó sobre las patas traseras y se le quedó mirando. Para entonces las nubes ya cubrían el cielo por completo. Una lluvia débil intentaba sin éxito posarse sobre los helechos.

miércoles, 11 de mayo de 2011

A vista de pájaro

Marismas de Noja, Cantabria

Privado el cisne de su verticalidad por la vertical de la mirada, ¿dónde queda su elegancia, dónde su poder generador de tantas melancolías? Reducido a una bestia que quiebra el agua con la insidiosa horizontalidad de la serpiente, así piensa al cisne el halcón mientras, con la conciencia tranquila, se lanza en picado sobre su cuello de porcelana.

jueves, 5 de mayo de 2011

Instantánea


Si hablamos del momento decisivo, el más decisivo de todos es aquel en que la curiosidad llega a ser más fuerte que el miedo.

martes, 12 de abril de 2011

La vieja sirena


Después de tantos años apenas un cosquilleo entre los dedos de los pies. Y solo un modo de aliviarlo.

sábado, 9 de abril de 2011

Intimidad

Oviedo, Asturias

¿Qué clase de intimidad es la que brota bajo la singular geometría del paraguas? ¿Es la del árbol, intimidad que reúne? ¿O la del abrigo rocoso, intimidad que se comparte? Si la lluvia, como parece, es una circunstancia prescindible ¿de dónde surge la necesidad de cobijo? Si como le sucede al río, nunca ni en ningún lugar la lluvia es la misma ¿no será más bien la intemperie la que no entiende de edades ni de continentes? ¿Qué historias se cuentan debajo de un paraguas? ¿qué nostalgias, qué esperanzas, qué saberes sin filosofías?

lunes, 4 de abril de 2011

Catedral

                                                                                                           Oviedo, Asturias

domingo, 27 de marzo de 2011

Contemplativa combinatoria



Múltiples combinaciones se sucedieron antes de ésta. También hubo otras después. Aunque aquí solo aparecen tres perros, eran bastantes más y por momentos parecían multiplicarse, o dividirse, no sabría decirlo con exactitud. Carreras, saltos, intercambio de posiciones…hasta que de pronto se detenían y se quedaban mirándome con una expresión que tanto podría ser de invitación como de temor ante la figura de un tipo parado delante del portón sin un propósito claro. A su vez cada uno de ellos era también el producto de una combinatoria ancestral. Viéndolos imaginé al bueno de Mendel agitando los guisantes dentro de su mano, soplando en su interior y lanzándolos sobre la tierra con los ojos cerrados. Una apuesta ciega. ¿El premio? La posibilidad de seguir jugando. Mendel recogiendo uno a uno los guisantes y volviéndolos a lanzar. A menudo me descubro apretando el obturador con el mismo espíritu tragaperras. La fotografía como una ludopatía leve. Tal vez no del todo inocua.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Salto comprimido



En vano rastreo algún signo que delate no la intención sino el momento: un temblor de piel, la leve dilatación de una pupila, alguna turbulencia en el aire al comprimirse…Una cicatriz en el labio superior, cientos de trazos lívidos, señales de otros tantos arañazos, viajan de mis manos hasta el cuelo y los tobillos son otro campo propicio a sus incursiones. De nada me sirvieron las artes marciales, el zen y una enciclopedia del gato por fascículos. Él sigue siendo el más rápido a ambos lados del pasillo. Como el ojo no puede anticiparlo he aprendido a medir la distancia que garantice al menos la necesaria milésima a mis párpados. Pero él crece fuerte y ágil. Noto que cada día le cuesta más no hacerme daño.

lunes, 21 de marzo de 2011

El café de las doce



Esta es una de esas fotos que vienen solas a la cámara. No tiene una lectura clara ni una historia detrás. Es solo un momento fijado en la pared de un mediodía de enero, con el sol recortando los objetos y los gestos por la línea de puntos.  

jueves, 17 de marzo de 2011

Pasobrecebra



Pasó, como siempre, el verano,
pesó unos quilos de menos,
pisó de nuevo la calle,
posó sin saberlo,
y sin pensarlo puso
asfalto de por medio.

lunes, 14 de marzo de 2011

Mar en llamas



            Ha de ser algo más que el puro goce estético lo que impulsa a alguien a pararse frente al mar, a parapetarse y tomar un artefacto entre las manos para detener el impulso de las olas. Ha de ser algo más que la necesidad de hacer lo que otros hicieron antes, algo más que la ilusión de que otro, de que nadie, lo hará después. No puede ser solo el eco de unas palabras leídas, el romántico prestigio del “mar incendiado”.
            Del mismo modo habrá, aquí o al otro lado del mundo, quien se pregunte qué impulsa al mar a no quedarse en la orilla, a remontar los parapetos, a tomar el fuego en sus manos, a separar en antes y después. Y no querrá conformarse con la primera respuesta.
            Tal vez aquella silueta, que podría ser la de cualquiera, no busca al detenerse la armonía, sino sorprender la falla, el accidente que rompe la pauta de las olas. Si lo logra se irá satisfecho, no aguardará el tiempo suficiente para comprobar que un accidente es solo el pico de otra onda cuya longitud compite con la de nuestras esperanzas.

jueves, 10 de marzo de 2011

Fútbol-playa

Playa de Xagó - Asturias

El fútbol-playa, en su versión no oficial, se juega en un espacio de dimensiones cambiantes sometido a la arbitrariedad sin tregua de olas y mareas, donde el estado del terreno muda de seco a húmedo, de blando a duro, en virtud de la trayectoria impredecible de una esfera que más que rodar brinca sobre la superficie angulosa de la arena, o si el balón es hinchable, vuela a tenor de los caprichos de la brisa en busca de los improvisados límites, toallas, verticales zapatillas, de una portería tan despareja y virtual que no alcanza del todo a definirse como meta, de modo que el único punto de referencia, descontado el compás del propio corazón, son los pies y las piernas del rival. Si este juego sin reglas es posible se debe a que en él no hay ni puede haber vencedores ni vencidos. Pero un juego de esta índole ya no puede ni debe considerarse propiamente un juego, sino tal vez una modalidad del arte, en su versión no oficial, o incluso del amor, si apuramos el concepto.

lunes, 7 de marzo de 2011

Hombre-pez



La parafernalia del hombre-pez es simple pero indispensable: primero se alarga la longitud de los pies hasta que solo sea posible caminar hacia atrás, pues, como todo el mundo sabe, al mar solo se llega volviendo. A continuación, y antes de dar ese paso en falso que nos abra la hendidura del océano, hay que blindarse con el vidrio templado de un ojo sin párpado de modo que los propios no resulten arrasados. Finalmente, abandonar todo sentido del ridículo y sellar la boca hasta convertirla en ombligo por el que aprender de nuevo a respirar. Solo así disfrazado conseguirás que los peces te reconozcan como el inofensivo impostor en que te has convertido.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Memoria del mar



Es fácil desprenderse de la arena, basta no preocuparse de ella y seguir andando. Pero de la mar no es tan fácil olvidarse, se prende en las formas, en los gestos, se aprende como la tabla de multiplicar, cantándola y no contándola, y cuando menos se la espera, vuelve la mar y toca remar de nuevo.

sábado, 26 de febrero de 2011

Agujero temporal



Basta asomarse a un flotador para entrar de nuevo en ese tiempo despojado y pleno, esa estación que solo admite equipaje de mano.

jueves, 24 de febrero de 2011

Norteando

Cerca del Cabo Peñas

Tanto tiempo buscando el norte y resulta que allí, en el norte, donde quiera que mires es sur.

viernes, 18 de febrero de 2011

No biodegradable

Plaza Porlier, Oviedo

Leve, casi eterna,
como la infancia vuela
una bolsa de plástico.


martes, 15 de febrero de 2011

Lógica difusa



Dicen que de los errores se aprende. Pero no dicen qué es exactamente lo que se aprende de los errores. ¿A reconocerlos, a no repetirlos, a disimularlos, a perfeccionarlos? En cualquier caso, un error es siempre una oportunidad para ir más allá de esa lógica convencional del verdadero-falso. En la lógica difusa, donde son posibles gradaciones más sutiles, el error es cuantificable y se convierte por ello en alternativa. Profundizar en el error puede ser entonces otra forma de acercarse un poco más a la verdad. O al menos de mantener viva la posibilidad del descubrimiento. No en vano,  todo lo vivo es el resultado de una feliz concatenación de errores. Por lo demás, no se lea esta breve reflexión como una justificación de la fotografía de hoy, que está aquí simple y llanamente porque me gusta.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Apunte sobre la quietud




Quietud y movimiento no son términos antagónicos. Cuántas veces nos desplazamos con la intención de no llegar a ningún sitio y cuántas emprendemos los mayores viajes sin movernos ni un solo centímetro. Más bien la quietud es función del equilibrio, una cuestión de contrapeso. La quietud se lleva mal con los extremos: si alcanzamos la quietud total, caemos.